lunes, 13 de julio de 2009


... yo aprendí que la felicidad es verte a lo lejos con un libro en las manos, libre...
...mis fotografias rescantan para mi momentos que no podrán olvidarse...

2 comentarios:

  1. ...que ilusión ...ya veo que has llegado...y empiezas a poner para nosotros las fotos de la maravillosa masía de tus amigos en Girona ...¡¡¡....Besos.....FELICIDADES por los montones de comentarios y todos preciosos que te hacen en tu BLOG......

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  2. Pues de ese libro que siempre ves en mis manos, y que siempre es distinto, voy cogiendo historias para tí. ¿Para qué si no merece la pena leer? Ahí va otra:

    Soñaba Oscar Wilde, cuando estaba encerrado en la cárcel de Reading, con recuperar la libertad. Y le escribía, dolido y amargado, a Lord Alfred Douglas, su ex amante, lo siguiente:

    "Tiemblo de placer cuando pienso que el mismo día en que salga de la cárcel estarán floreciendo en los jardines el codeso y las lilas, y que veré al viento agitar en inquieta belleza el oro cimbreño de lo uno, y a las otras sacudir la púrpura pálida de sus penachos de modo que todo el aire será Arabia para mí. Linneo cayó de hinojos y lloró de alegría cuando vio por primera vez el largo páramo de las tierras altas inglesas teñido de amarillo por los capullos aromáticos del tojo, y yo sé que para mí, para quien las flores forman parte del deseo, hay lagrimas esperando en los pétalos de alguna rosa".

    Lo puedes encontrar en "De profundis", libro que tú me regalaste. Yo en cambio, cuando salgo de casa y veo los macizos de hortensias plantados en la puerta, no veo lágrimas, sino sonrío al sentir que el aire es todo Biarritz para mí y para tí.

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